Penélope Cruz /GENTE/ Febrero 2009

Como les contábamos antes, uno de los principales propósitos de este blog es e que sirva como archivo digital de nuestros mejores artículos y fotos (para poderlos compartir con ustedes, sobre todo con los que viven fuera de Colombia y nos visitan a través del Facebook).  Aún no tenemos página web y muchos nos han pedido que publiquemos nuestros mejores textos en el ciberespacio. Atendemos sus sugerencias. Aquí los dejamos con el tema de tapa de febrero de este año. Texto escrito por Carlos Sourdis, especial para GENTE, desde Madrid. [SI QUIEREN VER LA PORTADA DE ABRIL, HAGAN CLICK AQUÍ]

Penélope Cruz
La ‘musa’ de Pedro Almodóvar y Woody Allen, la ganadora del Premio Goya, el británico Bafta y nominada a una estatuilla dorada, es la actriz española del momento. La novia de Javier Bardem, la chica del rostro ‘común y corriente’, la mujer de los senos con sabor a ajo, la imagen de una conocida marca de ropa, tiene al mundo rendido a sus pies. GENTE salió a buscarla por las calles de Madrid. Trató de hallarla en su barrio de infancia, en los bares de copas, en los restaurantes que frecuenta, en el invierno español. ¿En qué paró la búsqueda?

Por Carlos Sourdis

Un aburrido domingo de invierno. “¿Buscas a Penélope? Bueno, hace muchos años que ella no viene por aquí”, dice el camarero con su seco acento de Castilla-La Mancha. Él es una de las cuatro personas que atiende detrás de la barra de la cervecería Casa Tomás. A este bar de copas y tapas de aspecto ‘cutre’ (sucio), ubicado en una esquina de San Sebastián de los Reyes (pueblo ubicado a 20 kilómetros de Madrid) solía venira comer la actriz de Todo sobre mi madre cuando era niña. Su familia vivía a la vuelta de la manzana. “Pero claro que la recuerdo, era una chica como cualquiera otra. Ahora ya no queda por aquí mucha gente que se pueda acordar de ella. Los viejos han muerto. Los jóvenes se han mudado”, continúa el camarero, quien, al ver que tomo apuntes en mi libreta, pregunta: “¿Por qué quieres saberlo?”. Le explico que estoy escribiendo un perfil sobre esta chica de apellido Cruz, que voy buscando sus huellas en la Madre Patria y persiguiendo su ausencia en los lugares que ha vivido o frecuentado.

La desconfianza se dibuja en su rostro mientras le echa un rápido vistazo a la cámara fotográfica que me cuelga del cuello. “Pues macho, no te puedo contar nada más. Eso fue hace muchos años, ¿para qué te voy decir mentiras?”. Parece que la búsqueda en este bar ha terminado. Pero una voz femenina me habla: “Desde luego que aquí se la recuerda”, dice una rubia sesentona que estaba muy pendiente de mi conversación con el camarero, “¡Vamos! Ella es de lo mejorcito que ha salido de este lugar”. Y no hay una palabra más. Me como el último de los langostinos que me han puesto de aperitivo, apuro la cerveza, dejo un euro con 15 céntimos sobre la barra y me voy.

Rodeo la manzana, encuentro un letrero que dice Calle Valencia de Don Juan, es una cuadra de poco más de 100 metros, con unos 30 edificios a lado y lado. La ropa invernal y los calzoncillos de los vecinos se secan a la vista colgados de los balcones. En el extremo opuesto de la calle, una adolescente recoge la caca que dejó su perrito. Debe tener la misma edad de Penélope cuando todavía vivía por aquí. Quizá la niña Cruz también recogió caca de perro. En los 80 en su casa “ni sobraba ni faltaba nada”. Aunque ahora que se ha convertido en una de las actrices más importantes del mundo a nadie le importa su pasado. Ella, la misma que en 2001 cobraba dos millones de dólares por actuar en Vanilla Sky (al lado del que sería su pareja: Tom Cruise), la que acaba de ganarse un Bafta (galardón británico de cine) como Mejor Actriz de Reparto por Vicky Cristina Barcelona, recorrió mil veces estas calles de clase media baja y luego se alejaría de esta asfixiante colmena urbana. Pero la ruta no fue fácil, no tuvo un vuelo directo de San Sebastián de los Reyes a Hollywood. Antes hubo muchas escalas. Largos años de trabajo.

Foto de Paola Ardizzoni y Emilio Pereda / Para El Deseo S.A.

No, ella no está
Lunes. Marco de nuevo a Kuranda, la agencia española que representa a ‘Pe’. ¿Será posible hablar con ella? Me dicen lo mismo que antes: “Intenta mañana a ver si hay suerte, chaval”. Por estos días es más fácil entrevistar a Fidel que a la actriz de 34 años (de signo Tauro). Está nominada al Oscar y todos los medios del mundo quieren una declaración suya. Solo le respondió unas cuantas preguntas al diario español El País. En el texto queda claro que se cansó de la hipocresía de Los Ángeles, que pasa su vida entre Nueva York y Madrid y que se considera afortunada de estar en la lucha por una estatuilla dorada. Frases repetidas. Parece cansada. Así se la ha visto en las últimas premiaciones cinematográficas: los Goya (ganó la presea a Mejor Actriz), los Bafta, los Guild Awards (perdió la batalla con Kate Winslet). Las fotos la muestran extenuada. “Mira —me dicen por teléfono—, ella se encuentra en Inglaterra, y no está dando entrevistas”. En el Reino Unido está filmando el musical Nine, bajo la dirección de Rob Marshall. Proyecto en el que inicialmente estaría su novio, Javier Bardem, pero tuvo que desistir por su apretada agenda actoral.

¿Y si no fuera así? ¿Si estuviera recorriendo en secreto las calles de Madrid? Ya me han informado qué lugares solía frecuentar. Voy al centro de la ciudad, la busco. Camino perdido entre la gente y no  sé por qué recuerdo las palabras de su hermano Eduardo, quien decía que cuando eran chicos sus padres “no tenían dinero para que tomáramos clases. Penélope hizo todo lo que estuvo en sus manos para ayudarme. Es como mi segunda madre”. ¿Y si volvió hoy a su barrio de infancia? No, descartado. Igual, ahí estuvo años atrás acompañada por el autor español Juan José Millás, quien durante dos días se convirtió en “la sombra de Penélope” para escribir una crónica sobre la actriz. Él la siguió hasta Casa Tomás (donde seguro la atendió el camarero de pocas palabras), allí pidió su plato favorito de antaño: patatas bravas con pulpo a la gallega, pero nadie la reconoció.

Millás estaba satisfecho al demostrar que Cruz es en realidad una mujer de aspecto común y corriente, a la que uno tal vez no voltearía a mirar si se la topa en el metro. Una mujer capaz de transformarse en ‘la otra Penélope’, en la superestrella que todos esperan ver, después de someterse durante un par de horas a las buenas artes de su maquillador y su peinador. Una teoría que respalda Toni Ulled Nadal, director de la revista ibérica Fotogramas, quien le dijo a GENTE: “Penélope es una de las actrices españolas más especiales. No es ni guapa, ni fea; ni común, ni sensacional. Pero tiene lo más importante: ‘ángel’. La cámara la quiere y, cuando no está delante de ella, la experiencia la ha dotado de una serenidad que redobla su belleza”.

Una chica con ‘ángel’

Martes. Sigo tras los pasos de la intérprete. La chica con ‘ángel’. Mucho ángel. Sus cualidades las supieron ver varios directores que han marcado su carrera. El catalán Bigas Lunas, la convirtió en el símbolo sexual ibérico, en la chica de los senos con sabor a ajo en el filme Jamón, jamón (1992), en el que tuvo tórridas escenas con su pareja actual, Javier Bardem. Una experiencia dura que hizo que Penélope pensara muy bien si debía o no desnudarse ante la cámara en los filmes siguientes. “La cosa más difícil en el mundo es comenzar una carrera siendo conocida solo por tu físico, y después intentar convertirte en una buena actriz. Nadie te tomará en serio una vez que eres conocida como una mujer bonita”, explicaba. Jamón, jamón es el nombre que tienen unas croquetas en el local La Bardemcilla, fundado por la famila Bardem, en el barrio madrileño de Chueca. Entro. Voy hasta la barra, pregunto si ‘Pe’ ha venido por aquí en los últimos días. “No, tío, ni señas. ¿Te tomas algo?”.

Foto de Paola Ardizzoni y Emilio Pereda / Para El Deseo S.A.

Con el realizador Fernando Trueba, la hija de Encarnación Sánchez (propietaria de una peluquería) y Eduardo Cruz (mecánico de autos y comerciante independiente), conocería la fama. Formó parte del reparto de su Belle Epoque (ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera) y su actuación en La niña de tus ojos (1998), le daría un Goya a Mejor Actriz. Fue chica Amenábar en Abre los ojos (1997), película que en su versión gringa se llamaría Vanilla Sky y que acercaría a ‘Pe’ Cruz a Tom Cruise y a la vida de Hollywood. En 1999 decidió dar el salto a las grandes ligas del cine, se mudó a Nueva York para estudiar arte dramático y perfeccionar su inglés asesino.

Miércoles. En su agencia insisten que será muy difícil contactar a Penélope. “¿Habías llamado antes, ¿verdad?”. Sigo recorriendo los lugares favoritos de la actriz. Tal vez alguien pueda darme razón de ella en Casa Lucio, un restaurante fundado el mismo año en que nació la Cruz (1974) y uno de los frecuentados por Almodóvar, quien ha declarado que ‘Pe’ es “mi musa”. El jefe de camareros, un veterano cincuentón, dice que hace rato no la ve, “andará muy ocupada con sus compromisos internacionales”. El que si la ha visto mucho es el realizador manchego. Ella es la estrella de su nuevo filme: Los abrazos rotos (se estrena el 18 de marzo en España), fue su inspiración en Volver (estuvo nominada a una estatuilla dorada) y la tuvo en Todo sobre mi madre y Carne trémula. Él la ha tenido muchas veces. Yo aún no la encuentro.

En todas partes
Jueves. No más calle. Mucho teléfono. Ni pistas. Es muy contradictorio, Penélope es demasiado visible, está en el telediario con un premio en la mano, en la publicidad de una marca de ropa (es su imagen de la colección de Primavera 2009), en miles de páginas web, en la canción de Serrat (por ese tema sus padres la llamaron así), en el diario ABC se habla de su logro en los Bafta. ‘Pe’ está ahí, pero no está. ¿Por qué todos la buscamos como locos? ¿Qué ha hecho que, como dice la escritora Elvira Lindo, el rostro de la joven haya quedado grabado “en millones de mentes de todo el mundo?”.
Quién puede dar una respuesta: ¿Acaso Nacho Cano, el ex Mecano, quien se enamoró perdidamente de ella a finales de los 80? ¿Podría explicarlo Matthew McConaughey, el chico que no se bañaba, fue su pareja y protagonizó con ella Sahara? ¿Y tú qué dices Johnny Depp? Puede ser que su amiga Salma Hayek tenga una respuesta.

Foto de Paola Ardizzoni y Emilio Pereda / Para El Deseo S.A.

Posiblemente su querido Pedro es el que mejor ha podido describirla. Él, que ama retratar su imagen reflejada en los espejos y en los monitores, contaba en su diario de rodaje de Los abrazos rotos que: “He llegado a pensar, por pura deformación, que las líneas del rostro de Penélope son más armónicas cuando se reflejan en otra superficie que si la miras de frente. Espero que ella no se moleste, me excita más el reflejo de Penélope que la propia Penélope. Quiero decir que si miro a Penélope veo a mi amiga, una chica muy guapa y además es muy buena actriz. Si la miro reflejada veo al personaje y sus posibles apariencias”.

La chica del reflejo
Eso es. Penélope es el reflejo que sirve a las chicas comunes y corrientes que estudian actuación para creer que ellas también pueden lograrlo sin tener que hincharse los pechos como Pamela Anderson. Ella es el reflejo de la mujer clase media española que triunfa lejos, que conquista Hollywood de manera silenciosa sin teñirse de platino su pelo negro.
La ‘Pe’ de Volver es local y universal al mismo tiempo. La ‘Pe’ de Vicky Cristina Barcelona es la sumatoria de todos sus años de aprendizaje artístico y el paso sólido hacia la consagración. Y esto es solo el inicio, a ‘Pe’ y su ‘ángel’, les quedan muchos años, muchas películas,  muchas nominaciones y premios por delante.

Viernes. Los de la productora El Deseo (de Almodóvar) me envían unas fotos de la Cruz en algunas de sus películas, se excusan y dicen que eso es todo lo que pueden hacer por GENTE. Me quedo viendo uno de los tantos programas del corazón que hay en la península. Ahí está ‘Pe’ de nuevo, dicen algo de ella y Javier. ¿Se encontrarán en el podio de los Oscar? La tradición indica que quien fue el Mejor Actor de Reparto en la ceremonia pasada (en este caso Bardem) entrega el premio a la Mejor Actriz de Reparto en la gala actual, categoría en la que compite Cruz. ¿Habrá instante español? Seguro que si le preguntan a Penélope por el tema hallará la forma de escaparse. Le molesta que se metan en su vida privada: “Yo me quedo asombrada acerca de cuánta gente quiere saber sobre mi vida amorosa. Me susurran: ‘dime la verdad’ o ‘¿es esto cierto?’ ¿A quién le importa? Porque tenemos este tipo de trabajo se supone que debemos contarle a todo el mundo lo que hacemos o con quién dormimos”. Yo quería hacerle otras preguntas. Marco de nuevo a la agencia que la representa: “¿Tú no llamaste hace unos días, chaval?”.